Los mejillones en salsa de tomate son un plato mediterráneo simple pero sofisticado. Los mejillones frescos o congelados se saltean rápidamente con ajo, luego se cocinan en salsa de tomate con vino blanco, albahaca y chile. El secreto del sabor es no cocinar demasiado los mejillones para que queden tiernos. El plato resulta aromático, con un ligero picante y rico sabor a tomate. Se sirve con picatostes o baguette fresca para disfrutar toda la deliciosa salsa.